La pasión por volar de Jordi Santacana le llevó a fundar a principios de los noventa un empresa dedicada a los accesorios de aviación deportiva, hasta que en el 98 descubrió que un pequeño modelo de avión pilotado y guiado automáticamente por GPS había cruzado el Atlántico. A partir de ese momento su atención se centró en los vehículos aéreos no tripulados, UAV por sus siglas en inglés.
En el año 2000 Jordi Santacana fundó Catuav con la voluntad de satisfacer la demanda del mercado civil. En ese momento todos los sistemas de UAV se enfocaban al sector militar y tenían un precio imposible, por ello el equipo de Santacana decidió desarrollar una tecnología propia que cubriera toda la cadena técnica de los UAV. De ahí surgió su primer sistema totalmente operativo en el mercado, el Atmos 1. Actualmente Catuav ya va por el Atmos 8 y sus prototipos están en el top 10 mundial, según la consultora independiente Drones Industry Insights, y ha sido premiado por instituciones como Drone User Group Network (DUGN) o GNSS Agency (GSA).
Entre los servicios que ofrece Catuav destacan Mapas Aéreos, Reconstrucción de modelo 3D, Imagen Hiperespectral y Térmica, Teledetección. Los proyectos en que ha participado son muy variados, desde la evaluación de los efectos del terremoto de Lorca en las 42 horas posteriores, el control de cosechas o la detección de forma rápida de minas terrestres, un proyecto que le ha valido el premio Drone Social Innovation Award 2014.
Catuav ha fundado también el BCN Drone Center: un campo de pruebas con un espacio aéreo segregado oficial de 2500 Ha (TSA-31), pista de aterrizaje y edificio bioclimático. Las instalaciones pueden ser utilizadas para realizar pruebas de vuelo de drones y ofrecen todo lo necesario para el diseño, desarrollo, pruebas y certificación de los drones, además de ser un centro de formación.
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